viernes, 10 de agosto de 2012

Sócrates: Intelectualismo moral


Para Sócrates la virtud está relacionada con el conocimiento (intelectualismo moral). Esta idea, que cobrará una importancia aún mayor en el sistema platónico, sugiere que la persona que obra mal lo hace por ignorancia. Saber qué es lo que se debe hacer en caso, conocer el bien y el deber es una condición indispensable para hacer el bien, y Sócrates piensa que aquella persona que conoce el bien lo hará de una forma inmediata. Esta idea transmite una visión optimista de la naturaleza humana: el ser humano que obra el malo lo hace por ignorancia, por lo que no es culpable de su maldad. La gran oportunidad de la naturaleza humana reside, en consecuencia, en la educación. Para entender por qué se puede considerar a Sócrates y su discusión con los sofistas como protagonista innegable de la fundación de la teoría moral, cabría aludir al semblante de Sócrates que inmortalizó Platón en sus diálogos. En la República vemos a Sócrates convencido de que es mejor sufrir una injusticia que cometerla, y si damos valor a los diálogos iniciales, encontramos uno de los mayores ejemplos de integridad y honestidad de la historia de la filosofía: condenado a muerte de manera injusta, Sócrates asume su muerte y se dirige a ella, mostrando su respaldo absoluto a las leyes de Atenas, las mismas que había defendido a lo largo de su vida y que ahora le volvían la espalda. Tanto por sus ideas como por su vida, en Sócrates encontramos algunas de las cuestiones morales más importantes de toda la filosofía occidental, tanto para bien como para mal: la lista de sus defensores ha ido aumentando en más de veinte siglos de pensamiento, pero también sus críticos: Nietzsche le considerará el gran falseador de la moral, el responsable de que la vida se haya visto negada en favor de valores morales con una “presunta” validez universal. Por ello, dejando de lado las afinidades personales, cabe decir que Sócrates sigue siendo hoy un emblema del pensamiento moral y que alrededor de su figura sigue habiendo cuestiones tan actuales como las que él mismo discutió con los sofistas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario